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El mantenimiento preventivo es una serie de tareas y revisiones programadas que se realizan a un vehículo para garantizar su buen funcionamiento, prolongar su vida útil y prevenir averías costosas. Incluye cambios de aceite, revisión de frenos, inspección de neumáticos, y más.
La frecuencia del mantenimiento preventivo depende del tipo de vehículo y su uso. Generalmente, se recomienda realizar un servicio básico cada 5,000 a 10,000 kilómetros o cada 6 meses, lo que ocurra primero. Consulta el manual del propietario para intervalos específicos.
El aceite lubrica las partes móviles del motor, reduciendo el desgaste y evitando el sobrecalentamiento. Con el tiempo, el aceite se degrada y se llena de partículas y residuos, lo que puede causar daños al motor. Cambiar el aceite regularmente asegura una lubricación adecuada y la eliminación de contaminantes.
Es recomendable revisar la presión de los neumáticos al menos una vez al mes y antes de viajes largos. Una presión incorrecta puede afectar la maniobrabilidad del vehículo, aumentar el desgaste de los neumáticos y disminuir la eficiencia del combustible.